viernes, 11 de abril de 2014

3ª DEL OPENBTT TOLEDO. NAVALCÁN

Domingo 6 de abril. Tocaba madrugar para ir a la tercera carrera del largo Open de Toledo. A las 6 de la mañana, diana. Desayuno fuerte y para casa de 3 amigos y grandísimos bikers, Gaspar Castillo, Pacoman y el gran Victoriano (al que cada día admiro mas, con sus 54 años va como una bala el tío).

Tras un divertido viaje entre las tinieblas llegamos tempranito a Navalcán, un precioso pueblo sito en el Valle del Tiétar; la imponente estampa de sus sierras, nos hacía sospechar que esta vez la media final bajaría bastante respecto a las dos primeras carreras. Así fue.

Pasamos el control de firmas, saludamos a los conocidos, y a calentar con Victoriano y Pacoman. Las piernas parecen que me pesan un poco, no suben bien las pulsaciones. Y es que llevo ya un par de carreras que no llego fresco  al Domingo. Normal, he empezado a entrenar un poco serio en Febrero.

Con estas premisas me sitúo en la salida, bastante delante. Salimos, damos el paseo pertinente por el pueblo y nuevamente parada en ligera subida de cemento. Se da la salida, salgo lentito y me cuesta acelerar, entramos en un tramo  corto de asfalto y ahí si consigo coger velocidad, pero al entrar al camino de barro arcilloso en ligera subida, las piernas empiezan a doler mucho mucho, saco piñones de 3 en 3, parece que alguien me agarra de la tija del sillín. Miro atrás a ver si voy pinchado, pero no, es que voy literalmente clavado.  Pienso en la retirada, el terreno está pesadísimo; así pasan los 12 primeros km, atravesando pasos de barro, charcos,  y un pequeño cauce de un río que fue muy divertido.

Pasado este cauce y un poco estabilizado el pulso, empiezo a coger algo de ritmo y a dosificar muy bien en las subidas y tirarme a tumba abierta en las divertidas bajadas que nos encontrábamos. -Bien pensé-, me estaba divirtiendo. Cada vez me iba encontrando mejor de sensaciones, tanto en las subidas, como en las bajadas sobretodo. El paisaje que nos rodeaba era espectacular, unido a esa niebla que lo hacia mas impresionante todavía.

Llegamos así a los 10 últimos km, con ausencia de calambres, y algo mas de frescura en las piernas. Iba con un grupete y decido pegar un apretón al que sólo me aguanta un sub23 de lambea, nos vamos los dos hasta el final; a esto que nos pasa Henry mas quemado que un indio(había pinchado dos veces), y en un paso de barro se medio cae y casi me tira. Arrancamos de nuevo y a tope hasta el final, cojo de nuevo al sub23  y lo descuelgo unos segundos. Entro en meta bastante “entero”, para la dureza de la carrera, ya que si bien solo fueron 42km y 980m D+, el barro endureció aún mas la prueba. Por la noche me asusté un poco, porque casi tengo que coger la muleta para poder andar, pero a lo largo de la semana se me ha recuperado el pie. Bueno está.

Queda mucho por recorrer pero tras 3 pruebas vamos el 53 de la general y el 17 de la ”fácil” categoría M35. Hay que seguir mejorando. La próxima en  en Corral, a ver que tal se da.

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