Esta vez corríamos a 5m de casa. Se planteaba una carrera hiperllana donde el único aliciente lo podría poner el viento, pero ni así, se voló. Sin embargo, después de haberla revisado hasta dos veces, no se por qué me daba mala espina.
Tras una semana de intenso entrenamiento, rara por el fuerte viento, llegábamos el Domingo a Yeles con bastantes dudas por el dolor de piernas y la sensación de no haber recuperado bien. Rápidamente firmamos y a calentar. Me voy derecho a la subida y empieza lo que es algo nuevo para mi, no me sube el pulso ni sprintando a tope. El cuerpecillo no quería activarse.
Con estas premisas nos vamos a la salida que esta vez era picando para arriba un par de km. aunque lo más duro era por cemento por lo cual se hacía fácil. Salgo a todo lo que puedo, como siempre, paso bastante gente al salir muy atrás, pero al dejar el cemento las piernas me rabian de dolor, aun así voy aguantando el tipo. Una vez se corona empieza lo que en teoría iba a ser coser y cantar con mi 29er, volar por el llano.
Nada mas lejos, empieza a pasarme gente con que habitualmente voy, y me invitan a ponerme a su rueda (gracias García-Patos), pero no aguanto ni 4 segundos. Sigue llegando gente y no consigo coger rueda a nadie, voy totalmente ahogado, gripado y bloqueado, aquí empieza mi calvario y entra en juego la maravillosa mente que me susurra: “RETIRATE”. Estoy casi a punto de tirar la toalla, de hecho, iba tras un grupete y me abrí para pararme.
Decido seguir, porque no es habitual en mí retirarme en ninguna carrera (toco madera, hasta ahora he acabado todas las que he corrido). Al cruzar el riachuelo, no se si al mojarme los pies o vaya usted a saber por qué, el cuerpo empieza a carburar un poco, hago la subida después del riachuelo bastante bien y empiezo a animarme. Dios mío, una vuelta entera en activar el cuerpo.
Empieza la segunda vuelta y consigo coger gente, poner ritmo medio decente, pero ya era demasiado tarde para remontar a nadie. Me fui poniendo objetivos, al grupo que veía al fondo tiraba a muerte a por el, luego descansaba un poco y a por el siguiente, asique dentro de lo mal que lo pasé me quedo con eso, que nunca hay que tirar la toalla, y que el cuerpo nunca sabes como te va a responder. También hay que aprender a SUFRIR y´, curiosamente, en esta carrera llana y súper fácil sufrí como un auténtico perro.
Al final, puesto 89 general, 1h47 y 27,2 km/h de media pese a mi petada en la 1ª vuelta y ligera recuperación en la 2ª. Hay que seguir entrenando y mejorando dentro de mis escasas posibilidades. La próxima en Urda, seguramente estrenando colores de mi nuevo equipo: MTB ILARCURIS, aunque seguiré llevando el LOLO a otras carreras, y como base fundamental el SOLICOTEAM.
El video lo podéis ver AQUI
PD. muchas gracias por todos lo ánimos recibidos de todos mis compañeros de fatigas.
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